Quién no recuerda las historias de las abuelas sobre cómo transcurría un día cualquiera de su vida en familia: limpiar la casa, lavar la ropa y planchar, hacer las compras y las comidas, poner la mesa, y muchas otras actividades de las cuales ella era responsable.  Si gozaba de una posición económica cómoda, podía delegar algunas de estas funciones en el personal de servicio para dedicarse ella misma a atender a sus hijos y a su marido.  En muchos de los casos, las hijas se involucraron en algunas de las tareas para servir a su papá y a sus hermanos.

Los roles tradicionales de la mujer como única responsable del cuidado de la casa y el del hombre como sostén económico de la familia, no representan a la sociedad actual y mucho menos después de la pandemia, en donde se ha visto la necesidad de que todos participen en el hogar, integrando sus otras responsabilidades personales, con la vida de familia y el descanso.

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE QUE PARTICIPEN TODOS?

Es necesario entender el fundamento de la participación familiar, no sólo como un reparto de las actividades, sino a partir del concepto de persona humana en cuanto a que los seres humanos son seres seres de aportaciones.  Por tanto, la participación personal en la familia es un derecho y un deber de la persona que se desprende de su necesidad de los demás y a su vez de la necesidad de relacionarse con los demás y de vivir en familia.

Visto de esta manera, si consideramos a cada hijo como persona, habría que pensar antes de lo que cada quién puede dar, primero en lo que necesita recibir, porque antes de ser un ser de aportaciones, es una persona que tiene necesidades de bienestar, de sentirse parte del grupo familiar y de formación.

Si es un ser de aportaciones, no podemos privarle de dar, de cooperar, de colaborar, de comunicar sus mejores iniciativas o sugerencias, incluso es más grave que privarle de aquellos bienes materiales que no siempre necesita, además de que es una estupenda oportunidad para crecer en generosidad y como preparación para mundo laboral que en la actualidad valora tanto el trabajo en equipo, y que como sabemos no todos logran tener esa competencia.

Los padres son ejemplo de trabajo y dedicación, por lo mismo es vital que enseñen a sus hijos a trabajar con alegría, sin pereza, sin retrasos y con la mayor perfección posible, no con perfeccionismo sino con el cuidado de terminar bien las cosas, llegando a los detalles para lograr un trabajo bien hecho, tanto en pequeñas cosas como en actividades de mayor importancia.

Este camino se facilita cuando el trabajo de la casa está organizado y no se improvisa todos los días, cuando hay espíritu de cooperación, cuando se tiene objetivos claros y conciencia de los valores, cuando se valoran las ideas y la participación de cada uno de los miembros de la familia de acuerdo a la edad y las posibilidades de cada uno.

Tener ayuda doméstica, es muy valioso cuando es posible, solo que no quiere decir que la empleada tiene que hacer lo que nos corresponde a cada persona, cada quién es responsable de alzar sus cosas, tender la cama, dejar el baño alzado después de usarlo y colaborar en lo que sea posible. Es más fácil limpiar una casa que está ordenada, lleva menos tiempo y se hace mejor.

LA CASA ES DE TODOS

  • Los encargos van dependiendo de:
  • Necesidad de la casa
  • Edad de los hijos
  • Características: aptitudes y habilidades posibilidades de cada miembro de la familia.
  • Etapa de la familia, del año. escuela, trabajo, vacaciones…

Si no sabes que encargos dar, revisa los procesos de limpieza de alimentos, del lavado de la ropa y de la organización general de la casa y analiza de acuerdo a la edad y aptitudes en que puede colaborar cada miembro de la familia, habrá cosas generales como recoger la ropa de la lavandería y guardarla en su sitio y otras, como hacer el postre de los sábados o bien hacer la lista de la compra revisando el inventario de la despensa, llevar el botiquín de las medicinas, encargarse de las herramientas o de mantener el garage o encargos tan bello como estar pendientes de los abuelos una vez a la semana, llamándolos para ver cómo están o cualquier actividad que apoye a las labores del hogar y la vida familiar.

CADA CANASTO PUEDE SER DE UN MIEMBRO DE LA FAMILIA Y PUEDE LLEVAR EL NOMBRE
Encargos que hagan felices a los demás

Tener un pizarrón de corcho o un sitio donde se visualice el plan de encargos familiares ayuda mucho.

  • Infantil con estrellas o gráficos
  • Adolescentes y jóvenes

Recuerdo el caso de una amiga que cuando se quedó sin ayuda, hizo un horario-calendario con todas las actividades que había que hacer en la casa y les pidió a cada hijo que definiera con un color en que podía ayudar y luego lo revisaron juntos y ahí se vio quién había decidido realmente colaborar y quién enlisto lo mínimo, esto fué de gran ayuda para concientizar a la familia todo el trabajo que implica mantener funcionando el hogar y de la necesidad de que todos colaboren y a trabajar se aprende trabajando.

Compartir las labores del hogar, facilita compartir el Amor y hace más agradable la vida cotidiana