Marzo es el mes de la familia, por lo que en varias partes se realizan diferentes actividades, jornadas, seminarios y conferencias con temas alrededor de la situación actual de la familia. Ahora que finalizó el mes, he tenido la oportunidad de reflexionar sobre algunos temas que a continuación te escribo…

Se plantearon distintos tópicos sobre lo que está pasando con las familias en la actualidad, algunos con una mirada esperanzadora y otros no tanto. No podemos dejar de visualizar cómo el tema de la familia está siendo atacado, la falta de certezas sobre lo que es el matrimonio, ya que se ha influenciado con diversas ideologías que han hecho que se nublen los criterios fundamentales que dan bases sólidas y sostienen las verdades inalienables del matrimonio y la familia, que por lo general permiten el bienestar personal, familiar y social.

La familia atraviesa por momentos difíciles pero no insuperables, tanto por la ayuda de Dios como por la experiencia de aquellos que hemos vivido en estos términos, lo cual nos ha dado ruta, historia, raíces y un futuro más prometedor. Si anhelamos un desarrollo más saludable, es importante hacer un diagnóstico de cómo está nuestra familia en la actualidad y buscar posibilidades de solución.

A continuación, te doy algunos tips que te pueden ayudar a reflexionar:

  1. ¿Cómo está la comunicación?

¿Existe? ¿Hay tiempos para comunicarse? ¿Es positiva? ¿En los momentos de dificultades se busca resolverlos o los integrantes de la familia se evaden?

2. ¿Se vive con educación y cortesía?

San Francisco de Sales escribió en una de sus cartas: «La cortesía, pequeña virtud, es prueba evidente de otra mucho mayor». En algunas casas se dice que en la familia no es necesario cuidar estos detalles, porque hay confianza, e incluso he escuchado que la confianza «da asco». Sin embargo, es congruente ser educado tanto en la intimidad del hogar como en la apertura de la vida social. El tono humano con los demás agrada y crea un ambiente familiar más sano. El Papa Francisco ha comentado lo importante que es para la convivencia:

  • Dar las gracias es muy bello, agradecer los pequeños servicios que son continuos. Cada detalle se puede agradecer. En ocasiones, es una forma de reconocer el trabajo que se hace en casa, las ayudas y las labores que se realizan diariamente. Agradecer a Dios por la comida es una muestra de gratitud.
  • Pedir perdón, que en realidad está basado en la humildad.
  • Pedir permiso para no atropellar y facilitar la vida cotidiana.
  • Respetar los horarios, el descanso, los espacios y las pertenencias personales que no son comunes.

¿Hay discreción?

Existe un dicho popular que ejemplifica muy bien este valor: «La ropa sucia se lava en casa». Es importante que los problemas y las situaciones familiares no se ventilen en espacios o con personas que puedan terminar en chismes o situaciones incómodas. Especialmente la familia no debe hablar mal unos de otros. Cuidar esto contribuye enormemente a la paz.

4. ¿Se promueve la participación familiar? Es necesario que se comprenda que la casa es de todos y que, de acuerdo con la edad, cualidades y necesidades, se necesita colaborar. Es sabido que la vida diaria necesita organización, realización de labores y de pequeñas tareas, que si se hacen entre todos los miembros de la familia, se aminora la carga de trabajo y se permite aprender a trabajar en equipo. Es importante estar pendientes unos de otros y empatizar con cada miembro de la familia para lograr una participación más equitativa y solidaria.

5. ¿Existen celebraciones en familia? ¿Se fomentan y se cuidan? Por ejemplo, los cumpleaños, fechas especiales, celebraciones religiosas o fechas a lo largo del año que promueven la cultura del país. Estas celebraciones dan raíces a las personas, crean recuerdos y cohesionan a la familia. Construyen los cimientos de nuestra identidad y valores, así como la transmisión de tradiciones culturales que nos definen como personas. Para mí, son la oportunidad de reunirnos, romper un poco con la inercia del trabajo que a veces no nos permite darle más tiempo a lo que más importa, que es la familia. También es una oportunidad de expresar nuestro cariño y crear memorias que al paso de los años son riquezas que no tienen precio y que vale la pena atesorar.

Finalmente, hay muchos más puntos en los que se pueden reflexionar. De hecho, puedes compartirlos, de manera que tus experiencias se compartan con otros lectores. Pero estos cinco grupos pueden ser un buen punto de partida. Te animo a detenerte y reflexionar sobre ellos.